En estos días a caballo entre la realidad, el trabajo, los viajes, lo festivo y lo trascendente, una edición exprés del cuaderno NBA llega a tu buzón.
Nueva era en NOLA
Los Pelicans han optado por cortar con David Griffin. Seis años ha durado su reinado sobre las decisiones baloncestísticas de New Orleans. Demasiados han sido. El fracaso en su gestión es tan innegable como decepcionante. Esperábamos mucho más de él después de ver sus aciertos en Cleveland y la profesionalidad con la que siempre ha afrontado su labor.
Una de sus grandes decisiones fue autorizar el traspaso de un Anthony Davis que había pedido salir de allí. A cambio de AD obtuvo a Lonzo Ball, Brandon Ingram, Josh Hart y tres elecciones de primera ronda que han sido De’Andre Hunter (2019, traspasado por otras elecciones mediante las que firmaron a Jaxson Hayes, Herbert Jones, Alexander-Walker y Didi Louzada), Dyson Daniels (2022) y lo que elijan en 2025.
Podía haber hecho mucho más. El físico de Zion ha sido un lastre para todos en esa franquicia. Guiño, guiño.
Lo que no sabe el propietario de los Pelicans es que salen de Málaga para meterse en Malagón. Menudo apaño van a hacer con Joe Dumars como sustituto. Aún recuerdo con incredulidad las decisiones que fue tomando en sus últimos años en Detroit. Existe gente con flor que va saltando de un cargo a otro pese a que solo han hecho bien sus tareas durante el diez por ciento del tiempo de su vida laboral. Dumars es uno de ellos.
Erre que erre
Rueda de prensa guion charla de Nico Harrison y el CEO de los Mavericks con varios periodistas seleccionados a dedo. El bueno de Nico sigue en sus trece. Que no se arrepiente del traspaso de Doncic, que “la defensa gana campeonatos” y bla-bla-bla. Este hombre, su comportamiento y sus palabras, encajan dentro de una de estas opciones, la cual te dejo a ti lector, que elijas:
a) Recibió el encargo de destruir a los Mavs desde dentro para mover al equipo a Las Vegas.
b) Pelinka hizo rehenes: secuestró a alguien de su familia y pidió como rescate a Doncic.
c) Sigue obsesionado con Kobe Bryant y por tanto piensa que no se puede confiar en alguien que no está entrenando día y noche.
d) Está convencido de que Doncic se lesionará de gravedad o engordará hasta el infinito y más allá y por tanto no se debe supeditar un proyecto a Luka.
e) Es un visionario y donde esté Anthony Davis que se quite el zampabollos de Luka Doncic.
Otro sinsentido de los Mavericks bajo mi punto de vista: estas charlas con la prensa se suelen hacer al final de curso, tras ser eliminados. Hoy tienen un partido para luchar por los playoffs y ayer fue el encuentro periodístico. ¿Dan por finiquitada la temporada antes de tiempo? Todo mal.
Fracaso atómico
Sin sorpresas en Arizona. ¡Otro entrenador despedido! El tercero en tres años. No sé dónde leí el otro día que ser contratado por los Suns es lo mejor que te puede pasar: vas a trabajar un año, pero te van a pagar cuatro. Chollazo. El que llegó como nuevo propietario de los Suns entró como un elefante en una cacharrería y así sigue.
Monty Williams, out. Frank Vogel, out. Mike Budenholzer, out. Monty se quedó a dos triunfos de ganar las Finales de 2021. Vogel fue el campeón en 2020. Budenholzer el de 2021. Los campeones de 2022 (Kerr) y 2024 (Mazzulla) no están disponibles… ¡Pero el campeón de 2023 (Mike Malone) sí! Será eso lo que ocurra, ¿no?
En las próximas semanas o meses veremos la salida de Kevin Durant de Phoenix. Un matrimonio Durant-Suns ya no tiene sentido para ninguna de las partes. Los Suns no controlan sus rondas del Draft hasta 2032, Bradley Beal es uno de los dos jugadores de toda la NBA que puede vetar cualquier traspaso y Devin Booker es la única sangre joven sobre la que tratar de construir un proyecto. Pero ya son siete entrenadores los que ha tenido Booker desde que se estrenó en la NBA en otoño de 2015. No sé si Booker confía en la franquicia o no. Si querrá implicarse en que los Suns reconduzcan el rumbo, se dejará llevar o terminará pidiendo el traspaso.
Fin a la maldición de los Warriors en el play-in
Hasta ayer los Warriors iban 0–3 en partidos de play-in. 38 puntos de Jimmy Butler y 37 de Stephen Curry sirvieron para que en San Francisco celebrasen la victoria por sólo cinco tantos de diferencia ante Memphis.
Ahora unos días de descanso para ellos. El domingo abrirán su serie contra los Rockets. Por su parte los Grizzlies deberán completar el trámite de eliminar a Dallas o Sacramento el viernes noche. Morant se torció el tobillo —oficialmente ya asusta su físico, al menos a mí— y desaprovecharon la ocasión de empatar el partido a falta de cinco segundos porque no sacaron de banda en el tiempo reglamentario.
Como está el Oeste. ¿A alguien le podría sorprender que se clasificasen tres de los cuatro equipos que no tienen ventaja de campo? Quiero decir, que Golden State (Curry y Butler) eliminase a Houston, los Clippers (Harden y Kawhi) a los Nuggets y los Wolves (Edwards y ¿un francés?) a los Lakers es algo que puede pasar perfectamente y no tendríamos que llevarnos las manos a la cabeza.