¡Buenos días! Hoy, el menú de una semana que rompe cualquier rutina que tengas respecto a la NBA, la situación en Denver, tendencias claras en varios equipos y la cabeza del Este.
Lo que tenemos por delante
Semana rara en la NBA. Muy rara. Nada habitual para los que llevamos muchos años siguiendo la liga. Toma nota para no perderte porque la cosa es diferente.
Debido a la fase final de la Copa NBA, la semana que hoy empieza será así:
Lunes: un partido de temporada entre Raptors y Knicks.
Martes: dos partidos de cuartos de final de Copa.
Miércoles: dos partidos de cuartos de final de Copa.
Jueves: tres partidos de regular season.
(Pausa: si has contado hasta ahora verás que son ocho partidos en cuatro días; lo habitual es que haya días de ocho, diez, doce o incluso quince partidos).
Viernes: ocho partidos de temporada regular.
Sábado: dos partidos de semifinales de Copa en Las Vegas (uno a las 22:30 España).
Domingo 15: cinco partidos de temporada regular.
Lunes 16: seis partidos de regular season.
Martes 17: final de Copa NBA en Las Vegas.
Miércoles 18: ningún partido.
Jueves 19: trece partidos; a partir de aquí todo vuelve a la normalidad.
Tenemos a algunos equipos o jugadores que se han tomado este periodo como mini vacaciones. Por ejemplo LeBron James se perdió ayer su primer partido de la temporada porque eso le proporcionará siete días de descanso entre el último que jugó en Atlanta (derrota en la prórroga con un 39-10-11) y el siguiente que le tocará a los Lakers en Minneapolis el viernes noche.
El nivel de Jokic obligará a moverse
Escribí unas líneas sobre Jokic diez días atrás. Comentaba, entre otras cosas, que era el mejor triplista de la NBA y que iba de cabeza a por su cuarto MVP.
Tercero en puntos (29,7), primero en rebotes (13,1), segundo en asistencias (10,6). (Sí, promedia un triple-doble de casi 30 puntos).
La diferencia entre tenerle en cancha o en el banquillo es un net rating de 30,5 puntos por cada 100 posesiones de Denver. Insertar gif boca abierta alucinando.
Es el triplista más eficiente de la liga (!) convirtiendo el 53,4% de los más de cuatro triples que intenta por partido.
Desde entonces han pasado cosas.
Jokic sigue metiendo al menos la mitad de triples que intenta. Permanece en el top-3 de puntos, rebotes y asistencias por partido. Este fin de semana ha enlazado —el procesador de textos me ofrecía la palabra «enloquecido» cuando he puesto «en», jeje— dos partidos de 56 y 48 puntos. Su nivel pertenece al reino de los cielos.
Pero igual que he reflejado esos datos individuales, tengo que contar los colectivos. En estos diez días los Nuggets han ganado dos partidos y han perdido tres, incluyendo el vergonzoso tropiezo ante unos Wizards que en ese momento sumaban 16 (!) derrotas seguidas.
Obviamente la culpa de esos resultados no es de Jokic (56-16-8). Pocos jugadores con mayor sentido colectivo del juego y nulo interés en el estrellato podemos encontrar como él. En la actualidad y en toda la historia de la NBA. Pero Jokic sí va a tener culpa de algo.
Los Nuggets van a tener que moverse. O al menos estarán obligados a pensarlo. Es un crimen tener un jugador de tal nivel sin un grupo alrededor que funcione. Porque ya no es solo que si eres el propietario o general manager de la franquicia estarás pensando en qué hacer. Es que ante ese despliegue de Jokic el foco de aficionados y medios se dirige cada vez más a la planta noble de los Nuggets, lo cual implica más presión para los dirigentes. ¿Tenéis a Jokic y no hacéis nada? ¿Sois inútiles?.
Tal vez se den unas semanas más para ver si reflota la nave ya que de todo el Oeste solo Oklahoma City tiene un calendario más fácil que ellos en lo que resta de temporada regular, pero con 12-10, un net rating de nivel medio y una horrenda defensa, puede que sí tuviesen razón los que no eran optimistas con Denver. Yo no veía factible un bajón así. Que los Nuggets pasasen de ser un conjunto del 70% de victorias a uno que ronde el 55% no me encajaba, pero tal vez las salidas de Bruce Brown y Caldwell-Pope más el descenso en la producción de Jamal Murray más los problemas físicos de él y Gordon más el posible hastío de ciertos jugadores a la hora de comprar los mensajes de Mike Malone pueden estar colaborando a esta merma que vemos día a día.
Malone, tras perder en Washington:
«Y de nuevo, tenemos sesiones de vídeo. Y ves los vídeos, responsabilizas a los jugadores, abordas los problemas y simplemente se están repitiendo, una y otra y otra vez. Ahí es donde asumo la culpa de que estemos 11-10, porque obviamente he hecho un mal trabajo como entrenador al preparar a este equipo, no solo para ganar, sino para salir y ejecutar. No tengo ningún problema en responsabilizarme».
La suerte que tienen en Colorado es que Jokic no es de los que van a utilizar a los correveidiles de turno para meter presión a la gerencia. Él no está buscando otra estrella como compañero o un traspaso suyo a otro equipo supuestamente mejor armado. Jokic no es LeBron, Embiid o Giannis. Jokic es como es, para bien y para mal.
Pero su nivel obligará a un propietario miembro de la cofradía del puño cerrado como Stanley Kroenke —ay, si os pudiese contar cosas de esa familia entenderíais muchas cosas— a autorizar a Calvin Booth a que haga algo del 15 de diciembre al 6 de febrero, el día que se cerrará el mercado.
Ojo, no considero la situación crítica. Los Nuggets se pondrán por encima del 60% de victorias no tardando mucho. Pero eso no basta si tienes a Jokic.
Brotes verdes y cosechas perdidas
Pasado el cuarto de competición ya podemos garantizar que ciertos equipos, salvo sabotaje interno o lesiones inesperadas, seguirán a un nivel similar al actual, compitiendo por más victorias de las esperadas. Son los casos de candidatos al título (Cleveland), aspirantes a candidatos (Memphis y Houston) y franquicias que buscan evitar el descenso a segunda división (Brooklyn y Detroit).