Edición robusta del ‘cuaderno’. Copa, traspasos, récords, lesiones, LeBron. No tengas prisa por leer hoy. Poco a poco.
En Las Vegas hace frío
Se vuelve a repetir lo del año pasado. Tras buenos partidos de la fase de grupos y emocionantes cuartos de final con los pabellones apretando hasta el final, la Copa NBA sufre un bajón anímico en semifinales.
¿Malos equipos? No. ¿Estrellas lesionadas? No. ¿Bajo nivel en los partidos? No.
¿Entonces?
La respuesta está en la grada. La idea de llevar las semifinales a Las Vegas no está mal, pero podría mejorarse mucho. En Las Vegas no hay locales ni turistas que sean aficionados hardcore de Bucks, Hawks, Thunder o Rockets. Algunos fanáticos siempre podrás encontrar perdidos entre la multitud, pero la mayoría del público está allí para ver una exhibición sin tener una implicación emocional con cualquiera de las cuatro franquicias que logren el derecho a jugar allí.
El ambientazo que se vivió unos días antes en New York o Houston, por decir dos ciudades, no es comparable a lo de este fin de semana.
Entiendo la idea de llevar esta fase final a Las Vegas. Nuevo torneo, cambiar el lugar de juego para hacerlo más especial, experimento para seguir comprobando el tirón NBA en una ciudad candidata a la futura expansión. Pero ya son dos años y hay datos suficientes para saber que un aspecto clave falla en el momento cumbre.
Si se quiere potenciar el interés deportivo y mediático por esta competición no se puede seguir así. O traslada la NBA a grupos ruidosos de aficionados de los cuatro equipos de Las Vegas a modo de inversión en marketing —¿por qué no puede pagar la liga unos cuantos charters y hoteles para al menos meter a tres mil personas ruidosas en cada partido?— o mejor que el título se decida en las canchas habituales.
Es significativo que los Hawks tuviesen a algún aficionado más de su parte porque el equipo de Atlanta de la NFL, los Falcons, jugarán está noche en Las Vegas.
Dos candidatos al MVP en la final de Copa
Cuando se vote el MVP de la temporada no se tendrá en cuenta el partido que se jugará mañana. La final de la Copa NBA no se tiene en cuenta para las estadísticas de la temporada. Pero no deja de ser bonito que los dos equipos que se van a disputar el primer título del curso sean liderados por dos de los máximos favoritos al MVP y dos de los jugadores con nombres y apellidos más complicados de la liga: Giannis Antetokounmpo y Shai Gilgeous-Alexander.
(A Shai creo que le nombro de una forma diferente cada vez que hablo en alto de él: Shei, Shai,Alexander, Guilyus-Alexander, Sei, Guillous-Alexander, etcétera).
Los dos fueron los mejores de sus conjuntos este fin de semana anotando 32 puntos cada uno en los choques de semifinales.
Giannis hizo un 32-14-9 con 4 tapones, resultando decisivo a lo largo de toda la noche, especialmente en el último cuarto con jugadas clave a ambos lados de la pista. El mejor Anteto está presente en estos momentos y eso fue mucho para unos Hawks que, si bien llegaron al periodo final ganando, fueron incapaces de superar lo que ofrecía el griego. Mención especial para Trae Young, autor de 35 puntos y 10 asistencias.
En la otra semifinal Oklahoma City sencillamente resultó inabordable para unos Rockets que no tienen armas suficientes para un rival de tal categoría. El primer tiempo (42-41) nos trasladó a épocas menos abundantes de la NBA, algo que tampoco nos cogió de sorpresa sabiendo que hablamos de las dos mejores defensas de la competición, pero tras el descanso los Thunder establecieron un ritmo inalcanzable para Houston.
Shei, incontenible ni por su compatriota Dillon Brooks, se fue a los 32-8-6 con 5 robos y 14/15 en libres. Hartenstein aportó algo más que acero (21-8) y Williams (20) y Dort (19) hicieron lo suyo.
Schroder a Warriors
La época de traspasos ha arrancado oficiosamente. Hasta el 15 de diciembre no podían ser intercambiados los jugadores que habían firmado nuevo contrato en verano y ya hemos llegado a ese fecha, por lo que cuatro equipos han hecho movimientos.
Los Pacers sacaron a Thomas Bryant de Miami para ayudarles en el fondo de armario tras las bajas para todo el año de Wiseman y Jackson. Operación con sentido financiero también para ambas partes (Bryant tiene el salario mínimo).
El traspaso fuerte fue el de Warriors y Nets.
Brooklyn, ganadores de más partidos de los deseados por la gerencia, ya ha empezado a desmontar el equipo para que las derrotas se acumulen con mayor frecuencia. El primer día que han podido deshacerse de Schroder a cambio de ‘nada’ (un lesionado De’Anthony Melton que no volverá a jugar hasta octubre de 2025 y tres segundas rondas) lo han hecho.
Escrito por un servidor durante la previa de la temporada:
Hay incentivos reales para que lo inteligente sea perder y desmontar aún más la plantilla a cambio de piezas futuras. Schröder y Bogdanovic deberían ser traspasados.
Los Nets van 10-15. Ese 40% de victorias debería ser su pico de la temporada y a partir de aquí que todos vivamos con ellos una cuesta abajo sin frenos. Jordi Fernández se resistirá, claro.
Para los Warriors este movimiento es bastante bueno. Su plan para esta temporada, rotación amplia —recuerden el ‘jugar a abrasar’— había sufrido un duro traspiés con la lesión de Melton. A cambio de él y básicamente por el mismo salario llega el **** alemán MVP del Mundial 2023 y jugador capaz de promediar 18 puntos, 6,6 asistencias y un 39% en triples esta temporada.
Sus números bajarán al tener menor uso, pero a buen seguro Kerr le dará un rol ofensivo que los Warriors necesitan de él cuando Curry descansa, el gran agujero negro del equipo esta temporada. Ni siquiera la magnífica defensa de grupo ha permitido a Golden State sobrevivir en esos minutos.
Los Warriors van 2-8 en sus últimos diez. Aún tienen a tiro los puestos de playoffs:
Thunder 20-5
Grizzlies 19-9
Rockets 17-9
Mavericks 17-9
Nuggets 13-10
Suns 14-11
Wolves 14-11
Warriors 14-11
Clippers 14-12
Lakers 14-12
Spurs 13-13
Kings 13-13
Blazers 8-18
Jazz 5-19
Pelicans 5-22
Buen movimiento para Golden State.
Dos récords de triples
Este fin de semana se han producido dos nuevos récords históricos en lo referente al triple y la NBA. Uno malo y otro bueno.
75 triples fallaron entre Bulls y Hornets el viernes. Más ladrillos que en un edificio español de los setenta. Es uno de los aspectos negativos de que haya que tirar tantos triples en la era actual: cuando los equipos son mediocres o no están acertados el producto va a ser malillo con multitud de rebotes largos y un fallo detrás de otro.
14 de 51 hicieron los Bulls
8 de 46 (!!!!!!) los Hornets
Dos días después, anoche, Warriors y Mavs se combinaron para arreglar el desaguisado de sus rivales del Este. Entre Golden State y Dallas batieron el record de triples anotados en un partido: 48.
27 de 54 firmaron los Warriors (!) y perdieron (!!!!)
21 de 41 los Mavs.
Más números del mismo encuentro:
Doncic sumó un triple-doble anotando ‘solo’ 6 triples: 45-11-13.
Klay hizo 7 de 11 en triples en su antiguo pabellón.
Curry 7 de 13 en triples.
Green y Wiggins 5 de 9 en triples cada uno.
Me gustó lo que dijo Steve Kerr, explicando cómo este drástico cambio en el baloncesto hizo que ellos, el grupo que parecía que había roto el molde habitual convirtiéndose en el primer equipo de tiradores capaz de dominar la NBA, ni siquiera ahora es capaz de ganar cuando está acertadísimo en el lanzamiento exterior:
«Concedimos 46 puntos en el primer cuarto y ya fue cuesta arriba todo el partido. No estoy seguro de haber visto alguna vez una estadística como esta. 27 de 54 en triples, 39 asistencias, 10 pérdidas de balón, y la sensación es que nunca estuvimos en el partido. Redujimos distancia a cinco puntos un par de veces, nuestros jugadores siguieron peleando, pero ellos controlaron todo el partido en una noche en la que hicimos 27 triples y no cometimos pérdidas. Es una NBA moderna, es un mundo diferente, es un juego diferente. Hace 10 años, ves ese tipo de estadísticas ofensivas para el equipo y yo diría que ganamos ese partido por 20, tal vez 30».
133-143 vencieron los Mavs. Realmente es desmoralizador hacer uno de los mejores partidos de la historia desde el triple (27 de 54 es una salvajada) y ni siquiera así tener opciones de ganar. Enfrente estaba Luka Doncic. Habrá que decir que ese fue el principal motivo por el que los Warriors no fueron capaces de remontar.
Propuesta de fusión
Vamos a ver. Los Pelicans parecen la franquicia maldita. Hasta Dyson Daniels lo mencionó el otro día al dar las gracias por haber salido de allí y librarse del mal de ojo que reciben los que se ponen esa camiseta.
NO necesitamos otro equipo igual en el Este, pero los 76ers se empeñan en conseguirlo. ¿No sería mejor fusionar a los Pelicans y a los 76ers en uno, al menos temporalmente?
La única noticia buena que habían recibido en Philadelphia esta temporada era Jared McCain, un novato elegido en el puesto 16 del Draft que estaba siendo el mejor rookie del curso con sus más de 15 puntos por partido y superando el 38% de acierto en el triple. Ademas de jugar bien estaba siendo uno de los pocos jugadores —tres— de la plantilla que aún no se habían perdido ningún partido por lesiones.
Bueno, pues McCain se ha desgarrado el menisco y es baja indefinida. Ya veremos el proceso de recuperación que se sigue con él, pero no se debe ser agresivo en el planteamiento teniendo en cuenta su edad y que tiene futuro en la NBA.
El que Embiid se rompiese un hueso de la cara el viernes contra los Pacers es otra cosa más a añadir a la lista de desgracias. Embiid ha jugado solo seis partidos este otoño y tampoco se vestirá de corto esta noche. Tal vez vuelva con máscara en unos días.
Embiid, Paul George y Maxey han jugado poco juntos —tres noches—, pero es que más demoniaco es el dato de los partidos que han terminado sanos los tres: ¡uno!
Silver, haga algo con Pelicans y 76ers. Seguro que aquí en España encuentra algún curandero. Me suena que había uno bueno en Soria.
LeBron desaparecido
Por momentos parecía que podía saltar en cualquier momento alguna noticia rara. LeBron James, con descanso programado debido a la ventana de oportunidad que abría el calendario de la Copa, estaba medio desaparecido. No entrenaba con los Lakers excusado por motivos personales, tampoco jugó el viernes contra los Wolves y Redick y compañía decían que no sabían cuándo volvería a la disciplina Lakers.
Al final no ha sido nada salvo doce días de descanso, rehabilitación y entrenamientos a menor nivel entre el último partido que había jugado (6 de diciembre en Atlanta) y el de anoche contra los Grizzlies. Doce días que pueden hacer milagros en un jugador que cumplirá dentro de un par de semanas 40 años. 18-8-8 con 2 tapones ante Memphis.
LeBron:
«Tuve la oportunidad de descansar más días para poner mi mente, cuerpo y todo justo donde quería que estuviese para esta noche. Y funcionó».
LeBron sufre algún problema en el pie izquierdo y parece que Redick le usará de modo diferente de aquí en adelante. Mismo tiempo de juego, pero menos minutos seguidos en pista y más visitas al banquillo.
Se nos va acabando el súper hombre.
¡Buena semana!
—Elio
PD: Lo recuerdo, final de Copa NBA madrugada del martes al miércoles entre Thunder y Bucks. La noche del miércoles al jueves no habrá partidos.
Para los que suscriptores que no se pasan por Discord, los cuatro asteriscos que Elio ha puesto delante de "alemán" se corresponden con una palabra de cuatro letras que acaba en "o" que servidor le dedicó al ahora regalado a GSW cuando jugaba para los Lakers.