Cuaderno de apuntes NBA (8)
Sobre lo que se veía venir y una posible reducción de la temporada.
Normalmente envío una sola edición semanal del ‘Cuaderno’. En estos últimos días de enero vamos a romper costumbres con una entrega de las cortitas y al grano.
¿El motivo? Hoy tenía pensado escribir sobre un equipo que merece ser alabado, pero hay un par de temas breves que me gustaría comentar. Let’s go.
Empujones
El otro día publiqué una nota sobre la experiencia Wembanyama. En ese texto quise transmitir el ‘sufrimiento’ que supone ver partidos de este chaval ya que su altura no está proporcionada con el peso que arrastra, lo cual provoca que Wemby pueda salir volando en bloqueos o lucha por rebotes.
Casualmente esta pasada noche Zubac le ha mandado a paseo con un empujón. Mientras ambos se preparaban para un posible rechazo del aro Zubac utilizó el codo y la cadera para desplazar y tirar al francés a la pista. Wemby no se lo tomó bien y reaccionó sin que diese tiempo a pasar nada. Aquí todo el contexto de los hechos, en los que se ve que Zubac ya viene caliente con los árbitros:
En descarga de Zubac diremos que él mismo reconoció haberse pasado:
«Reaccioné un poco. Pensé que me habían hecho falta en la jugada anterior. Estaba enfadado con los árbitros. Llegué tarde. Vi a Wemby llegar, así que supe que tenía que hacerle un box out. Lo golpeé un poco fuerte. Me pudo el momento, pero me disculpé con él. Esa no es la forma en que quiero estar en la cancha y competir».
La cosa es que lo que vemos desde la televisión ocurre en la realidad. A Wemby le desplazan una y otra vez y el chico va a tener que empezar a defenderse de un modo u otro. Manteniendo los pies fuertes en el suelo, empujando, respondiendo o quejándose.
Por el momento tanto él como su entrenador han iniciado la campaña política en medios tras el partido ante los Clippers. Wembanyama afirmó que sabe que tiene que estar fuerte en la posición y no rehuir tiros además de explicarse con los árbitros, pero que la situación es frustrante para él porque no quiere estar hablando con ellos para influenciar.
Y que no pude ganar veinte kilos sin hacerse más lento, podemos añadir nosotros.
¿Milagro?
Cuando lancé este proyecto de 82 partidos algún lector que me conoce bien dijo algo así como que era irónico que yo, firme defensor de la reducción de la temporada para que hubiese menos encuentros, optase por ese nombre que no deja de ser, no un nombre, sino un estándar NBA con el que llevo muchos años en desacuerdo.
En mi defensa argumenté que después de un tiempo soñando con una regular season de 66 partidos, o mejor aún, de 58 partidos —29 partidos en casa contra 29 rivales diferentes y otros tantos a domicilio, el mismo camino para todos—, había tirado la toalla. La NBA había dejado claro con varios movimientos de los últimos años que eso no iba a pasar. Porque dinero.
Sin embargo, se ha abierto un pequeño rayo de esperanza. ¡Amigos, estamos visualizando lo que podría ser algo equiparable a un milagro!
Adam Silver, el guía que marca el camino, ha hablado en público de reducir la temporada casi un 17%, que sería algo así como el equivalente a 14 partidos menos. ¿Una temporada regular de 68 partidos? No, mejor aún.