Elio Martínez.
Si uno de esos cuatro botes en el aro hubiese rebotado la pelota a otro lado tal vez no hubiera escrito este artículo. Si aquel partido de las dos prórrogas hubiese caído para otro lado, tampoco.
Pero ocurrieron ambas cosas. Y la Historia del deporte es así, se narra a través de pequeños detalles, de caras y cruces que salen para un lado o para otro y marcan el devenir del futuro.
Y en esas estamos ahora mismo, en que un punto de inflexión en la historia de la NBA pueda depender de un tiro que rebotó cuatro veces en el aro antes de caer por la red.
Kawhi Leonard, el jugador más decisivo de los playoffs 2019, el jugador que más puntos había anotado en playoffs antes de las Finales en lustros, el jugador con más partidos de 30 puntos antes de las Finales que ningún otro en la historia salvo Jordan y Olajuwon, despreció la temporada regular.
De acuerdo, exagero. No la despreció. Él y los Raptors la hicieron de menos.
Leonard solo jugó 60 partidos durante otoño, invierno y comienzos de primavera. Luego, en la postemporada, fue el mejor, el que más minutos jugó y Toronto salió campeón, tres datos objetivos que validan una nueva forma de gestionar el talento y el físico que puede convertirse en moda los próximos años.
Alex McKechnie ha participado en seis campeonatos en sus diecinueve temporadas en la NBA por ser algo más que un fisioterapeuta al uso.
McKechnie, “el hombre que me salvó” según Shaquille O’Neal cuando una lesión de abdomen hacia peligrar su carrera, gestionó el departamento físico de los Lakers durante una década en la que ganaron cinco anillos y después saltó a los Raptors. Su obra maestra en Canadá ha sido el curso que acabamos de presenciar por parte de Kawhi Leonard.
Amparándose en los entrenamientos específicos que asigna a cada atleta, mediciones biométricas, opiniones de médicos y las sensaciones del jugador, McKechnie trabaja como un “artista” una vez que todo lo que la ciencia permite proponer, medir y controlar ha sido dispuesto. “Se trata de pintar la imagen individual”, dijo en 2012. “No vas a hacer las mismas cosas con un jugador que está en el poste que lo que harías con un escolta. Es una aproximación totalmente diferente en cuanto a protocolos de entrenamiento. Igual que cuando comparas a jugadores que tiran uno con la derecha y otro con la izquierda. Son posturas totalmente diferentes con las que trabajamos”.
Y con esa mezcla de ciencia e instinto, McKechnie fue controlando la evolución de un Kawhi Leonard al que una lesión hizo romper su fructífera relación con los Spurs a la vez que tiraba una temporada completa a la basura por no poder competir.
“Lo de no jugar no va solo para mantenerme descansado. Se trata de que no me lesione en el mismo sitio del año pasado”, dijo Leonard en marzo. “Han estado haciendo un gran trabajo viendo las imágenes y asegurándose de que mejoro en lugar de tender y compensar con mi lado sano”.
En las últimas diez temporadas...
Cinco de diez. El campeón no ha llegado a 60 victorias en temporada regular en cinco ocasiones (en las últimas cuatro temporadas solo una vez).
Una de diez. Solo en una ocasión (2016) los dos mejores equipos de cada conferencia en temporada regular llegaron a las Finales.
Dos de diez. Solo dos de los diez equipos que terminaron con el mejor balance del Este accedieron a las Finales de la NBA (y las ganaron en 2013 y 2016).
Cuatro de diez. Solo cuatro de los equipos que terminaron con la mejor marca de la NBA durante la temporada regular lograron ser campeones (2013, 2014, 2015 y 2017).
Tres de diez. Solo tres de los diez últimos ganadores del MVP de la regular season fueron campeones ese mismo año. LeBron James en 2012 y 2013 y Stephen Curry en 2015.
Uno de diez. Solo uno de los diez últimos ganadores del MVP de las Finales jugó más minutos que el MVP de la temporada regular. LeBron James disputó nueve minutos más que Curry en 2016.
Tres de diez. Solo en tres ocasiones de las últimas diez temporadas un jugador ha sido capaz de disputar al menos 2.505 minutos durante la temporada regular y luego ser MVP de las Finales. Kobe Bryant (2010) y LeBron James (2013 y 2016). Tenemos MVP de las Finales con muy pocos minutos en temporada regular como Kawhi Leonard (1.966 en 2014 y 2.040 en 2019), Andre Iguodala (2.069 en 2015) o Kevin Durant (2.070 en 2017). Para dar más contexto a esto, aquí va la media de minutos de los jugadores que han pasado más minutos en cancha en cada una de las últimas diez temporadas (exceptuando la 2011-12 por el lockout), una lista en la que figuran nombres como LeBron James, Kevin Durant o James Harden: 3.112,5.
Sin ser un experto estadístico todo lo anterior me dice lo mismo que a ti: que para ganar el título en la NBA actual no hace falta ser el equipo que más partidos gane y así tener ventaja de campo; ni hace falta acabar liderando la conferencia; ni tener al MVP de la temporada regular; ni exponer a tu mejor jugador a cargas de minutos que superen los 2.500 minutos entre octubre y abril.
De hecho, atendiendo a los resultados de los últimos diez años, lo más probable es que ganes el campeonato si no tienes al MVP de la temporada y no tienes al líder en minutos disputados. Lo de ganar al menos 60 partidos también es opcional.
Con las líneas maestras de esos bloques anteriores nos presentamos en el verano de 2019. Jugar menos que otros y esforzarse menos veces que otros (con matices) da resultados. Otorga ventajas competitivas que franquicias y jugadores están aprovechando.
La campaña 2019-20, ya lo hemos comentado en diversas ocasiones, se presenta muy abierta. Varios equipos parten con aspiraciones reales al campeonato. No deberíamos llevarnos a la cabeza si en 2020 el campeón es uno de los siguientes: Bucks, 76ers, Clippers, Lakers, Rockets, Nuggets, Blazers, Warriors y Jazz. Si hay nueve candidatos —unos más que otros— es que hay mucha igualdad y en el año de los Big Twos los detalles y las lesiones serán lo que marquen la diferencia.
“Estar sano, ese es mi objetivo número uno. Tener una carrera larga y con salud para ser capaz de dominar”, comentó Leonard esta temporada al respecto de su load management. Se estaba perdiendo un partido de cada cuatro mientras lograba sus mejores marcas en puntos y rebotes y se preparaba para playoffs. Y en playoffs jugó más que ninguno.
¿Intentará repetir algún equipo lo que han hecho los Raptors con Leonard esta temporada? El primer candidato parecen ser los Clippers. Kawhi no se acercará a los 70 partidos y Paul George se perderá también algunos choques porque este verano ha pasado por el quirófano dos veces.
¿Los Lakers? LeBron James sufrió la pasada temporada la peor lesión de su carrera y Anthony Davis, obviando la última campaña, ha disputado 64, 67, 68, 61, 75 y 75 partidos en sus temporadas como profesional.
¿Warriors? Sin Klay Thompson hasta bien entrado 2020, Golden State necesitará de Stephen Curry, pero no sabemos si Kerr dará prioridad a alcanzar las 50 victorias exigiendo mucho a su mejor jugador o preferirá dosificarle en espera de abril.
¿Bucks? Giannis fue el 37º en minutos partido la temporada pasada. El 37º. Con 24 años. Mike Budenholzer optó por dosificar sus esfuerzos, por lo que debemos esperar lo mismo este año y más teniendo en cuenta que ni ser el mejor equipo de la NBA les sirvió para acceder a las Finales.
¿76ers? Joel Embiid es su mejor jugador y en las dos últimas temporadas se ha perdido 19 y 18 partidos respectivamente. En playoffs lo vimos renquear de forma constante.
¿Nuggets? Con una plantilla tan amplia y un Nikola Jokic que no tiene especial amor por los gimnasios y las dietas, deberíamos esperar minutos para todos.
¿Jazz? Mejor no correr el riesgo con Mike Conley.
¿Rockets? La excepción que confirma la regla. Es probable que Harden y Westbrook se fundan en la pista porque no saben jugar de otro modo y Mike D’Antoni desconoce el término ‘rotación’.
¿Blazers? Un equipo mezcla de estilos. Como Denver, una plantilla amplia y como Houston, dos estrellas que pueden estar muchos minutos en pista.
El 17-5 de Toronto sin Leonard en pista en la 2018-19 es a lo que aspiran todos los equipos que vayan a controlar la carga de partidos de sus mejores jugadores. Lograr más de un 75% de victorias con tu estrella descansando no es un objetivo realista, pero es a lo que van a aspirar muchos esta próxima temporada.
Además, dar descanso a los líderes no solo debe tener como objetivo que los buenos se recuperen. Hay algo más. Se trata de que crezca el equipo, los automatismos, el rendimiento de los secundarios. Si hay más minutos disponibles para toda la plantilla, algún jugador puede dar ese paso al frente para el que es imprescindible jugar y no solo entrenar. Esa aparición inesperada, esa mejora incremental en el rendimiento y rol de un secundario, es lo que también puede marcar diferencias como atestigua el solitario voto a MVP de las Finales 2019 que recibió Fred VanVleet. ¿Quién demonios iba a apostar en septiembre de 2019 un solo euro a que VanVleet recibiría un voto para el MVP de las Finales de la NBA? Nadie. Pero el talento y esfuerzo de VanVleet junto a los minutos extra (fue titular en varios de los partidos que se perdió Leonard) dieron sus frutos.
El concepto load management (carga de trabajo) lo veremos cada vez con más frecuencia a la hora de revisar las alineaciones antes de los partidos. Tengo interés en saber si el estilo Leonard lo repetirán varias franquicias durante las próximas temporadas y con ello equipos y jugadores seguirán presionando directa e indirectamente para que la NBA reduzca su calendario de 82 partidos. A fin de cuentas, si las estrellas no pasan de los 65 o 68 partidos como norma de facto, más pronto que tarde podremos ver esa reducción esperada por muchos.
Por el momento, sin querer jugar a ser futurólogo pero si basándome en estadísticas, es relativamente fácil escribir sin miedo al error, que el MVP de la temporada 2019-20 a lo mejor no recibe un solo load management, pero es probable que el MVP de las Finales 2020 sí lo haga.