Llevo muchos años viendo NBA y sé cuando veo baloncesto de nivel junio en un mes que no es junio. Ayer lo vi. Lo que anoche ofrecieron Warriors y Clippers fue un basket de una altura que solo son capaces de hacer equipos de élite. Digno de finalistas de conferencia o incluso de la NBA.
El partido que protagonizaron Warriors y Clippers lo he vivido muchas otras veces en Finales NBA. Marcador igualado, pabellón en ebullición, alternativas constantes en el liderato, ejecuciones ofensivas y defensivas fabulosas y jugadores en modo Dios por la calidad que atesoran. No me extraña. En San Francisco, entre otros, había cuatro jugadores dignos del MVP de temporada regular o de las Finales y como tales actuaron:
Kawhi: 33, 6, 7 con 13/20
Harden: 39, 7, 10 con 13/23
Butler: 30, 9 con 12/20
Curry: 36, 6 con 10/20 (7/12 en triples, 9/9 libres)
Y Zubac que también pasaba por allí se marcó un 22–17 mientras alteraba tiros toda la noche.
A Warriors y Clippers los vemos, en la clasificación y en nuestra mente, por debajo de otros. No empezaron la temporada como candidatos y tuvieron momentos de mitad de tabla. De hecho así han terminado en el Oeste, ni arriba ni abajo. Pero son dos equipos que han cambiado mucho desde que comenzó el curso. Para bien.