Nada más llegar a aquel pabellón de reflejo reluciente, de dibujos animados, irreal, en el Inglewood High School, Kobe se puso a hacer lo que mejor sabía. Tenía un nudo en el estómago, aunque podía controlarlo. Nervioso, sí, pero con dominio de sus emociones, que cabalgan a toda velocidad. No era él joven que pasase por un manojo de nervios. Simplemente…
© 2025 Elio Martínez
Substack es el hogar de la gran cultura