★ El jugador normal
Hay un pequeño pueblo de unos 600 habitantes que llevo en el corazón.
En él pasé buena parte de mi infancia, adolescencia y juventud. Tengo la suerte de seguir dejándome caer por allí de vez en cuando.
¿Qué tiene de especial ese pueblo? Nada. Es un pueblo con todo lo que eso conlleva. Pero la anterior frase solo puedes entenderla si has vivido en un lugar así.
En mi pueblo, en los ochenta, íbamos al colegio y la calle principal todavía era de tierra. Te puedes imaginar cómo era la casa de mis abuelos que es donde yo vivía por aquel entonces. Humilde a más no poder. Construida poco a poco por ellos mismos.
Con patio, claro.
Así era el patio de mis abuelos:
Personas corrientes y trabajadoras. Sin adornos. Se dedicaban a lo que podían se les daba bien, el campo. Y ya está. Mi abuela vio por primera vez el mar con casi 70 años. Su patio de cemento agrietado, sillas de hierro y mesa con mantel de hule era reflejo de lo que eran ellos.
¿Por qué te cuento esto? Porque es lo que me vino a la cabeza cuando vi el vídeo Nikola Jokic recogiendo su segundo MVP.
Estaba Jokic en el establo que tiene en Sombor (Serbia) y allí que se fueron propietario, presidente de operaciones de baloncesto, entrenador y otros miembros del cuerpo técnico de los Nuggets para darle la sorpresa.
Esperaron a que volviese con su caballo y luego llegó el turno de las felicitaciones y celebración con algo de música, cerveza, amigos y familia. También hubo algunas entrevistas, las cuales dio desde este improvisado plató:
Un mesa de cualquier manera, una silla corriente y cemento agrietado a modo de suelo. Como el patio de mis abuelos.
Jokic es un jugador excepcional y una persona corriente. No le conozco ni pretendo encumbrarle como un ejemplo a seguir ya que, como todos, tendrá sus cositas —que le pregunten a Cameron Payne o Markieff Morris—, pero lo que transmite es naturalidad y autenticidad.
Juega al baloncesto como los dioses y da pases dignos de Magic Johnson, pero no hay adornos en su día a día. No hay cadenas ni relojes de oro. No hay pelo de colores. No hay consultas al móvil cada minuto. No hay bailes coregrafiados. No hay vestimentas estrafalarias ni ir a la moda.
No hay nada que no sea auténtico en él desde que empezó a formarse como persona. Aparentemente sigue siendo el mismo pese a tener dos MVP y estar próximo a firmar un contrato de unos 250 millones de dólares.
¿En quién quieres que se fijen tus hijos si siguen la NBA?
Una mesa. Una silla. Cemento agrietado. Jokic.
Que tengas un fantástico fin de semana.
—Elio
PD: ¿Recuerdas que no me fiaba de Harden, no? Los 76ers han sido eliminados y en el último partido Harden ha tirado 9 veces a canasta, ha metido 11 puntos y ha dado 9 asistencias.