Tengo mucho cariño a este hombre por su tremenda ética de trabajo ya que fue un perfecto embajador de la NBA. Cuando vi imágenes suyas de hace un años en las que se veían ya muchos de los síntomas de su enfermedad me apenó bastante: era un hombre de hierro al que no se le ponía nada por delante pero la vida ha podido con él.
Gran entrenador, sus equipos siempre asustaban por su solidez y compostura. Ganar en Utah se convirtió casi en una utopía. Y nos dio al mejor Deron Williams. Grande Sloan, uno de esos hombres que el baloncesto tanto necesita para seguir siendo un deporte épico.
Aquellos Jazz de la segunda mitad de la pasada década eran una auténtica pesadilla en casa. Una filosofía que Jerry Sloan supo construir y trabajar muy bien. Con resquicios que se ven hoy en día, pues fue él mismo el que recomendó el reclutamiento de Rudy Gobert. Un saludo.
Tengo mucho cariño a este hombre por su tremenda ética de trabajo ya que fue un perfecto embajador de la NBA. Cuando vi imágenes suyas de hace un años en las que se veían ya muchos de los síntomas de su enfermedad me apenó bastante: era un hombre de hierro al que no se le ponía nada por delante pero la vida ha podido con él.
Gran entrenador, sus equipos siempre asustaban por su solidez y compostura. Ganar en Utah se convirtió casi en una utopía. Y nos dio al mejor Deron Williams. Grande Sloan, uno de esos hombres que el baloncesto tanto necesita para seguir siendo un deporte épico.
Aquellos Jazz de la segunda mitad de la pasada década eran una auténtica pesadilla en casa. Una filosofía que Jerry Sloan supo construir y trabajar muy bien. Con resquicios que se ven hoy en día, pues fue él mismo el que recomendó el reclutamiento de Rudy Gobert. Un saludo.