Hace no mucho tiempo a le preguntaron a Tom Thibodeau si alguna vez había considerado dar descanso a Julius Randle, quien en la 20-21 lideró la NBA en minutos jugados, tanto en el total como en el promedio.
«No entiendo la pregunta», respondió con guasa el coach. «Aquí tenemos a un montón de ratas de gimnasio. Eso es lo que hace que se pueda disfrutar entrenando a este equipo y formar parte de él. Son trabajadores. Les encanta estar en el gimnasio. No tienes que rogarles que vengan. Y cuando tus mejores jugadores marcan ese tono, pues ya estás en el camino».
El otro día mi hijo me pidió que le hiciese una pregunta sin respuesta. ¿Lo que me vino a la mente para satisfacer su curiosidad de niño? Si primero fue el huevo o la gallina. Pero rápidamente pasé a aquel intercambio entre Thibs y los medios.
¿Podría entrenar Tom Thibodeau a Joel Embiid?
¿Querría Joel Embiid tener a Tom Thibodeau de entrenador?
¿Sería conveniente que Joel Embiid fuese entrenado por Tom Thibodeau?
¿Hay que entrenar a todos los jugadores del mismo modo?
Supongo que estás al tanto de todo lo que está sucediendo alrededor de Joel Embiid en 2024:
Lesión de importancia en enero.
Playoffs con una sola pierna y media cara paralizada.
Juegos Olímpicos.
«Probablemente no vuelva a jugar back-to-backs» en octubre sin jugar en pretemporada.
Sanción de la NBA a los 76ers por no informar correctamente sobre la salud de Embiid, a.k.a. sanción por decir en público que no jugaría partidos consecutivos.
Enganchón físico con un periodista en el vestuario y tres partidos de sanción que le costarán casi dos millones de dólares de salario.
No están siendo los mejores días para uno de los jugadores más destacados de todo el mundo. Aún no ha debutado esta temporada y los 76ers bien que lo sufren con una marca de 1-6, la peor de toda la liga.
Se espera que debute el 12 de noviembre. Si lo hace ese día podrá disputar un máximo de 73 partidos este curso, aunque atendiendo a su historial de lesiones (no cabe la lista aquí), su historial de partidos jugados (nunca más de 68; 54 de media desde que es profesional) y el aviso dado sobre los back-to-back, difícil tendrá poder llegar a los 65 requeridos para aspirar al MVP.
La furia de Embiid con el periodista y su consiguiente castigo viene por la mala leche que se le puso al leer un artículo escrito por Marcus Hayes. En ese texto Hayes mencionaba a su hermano fallecido y a su hijo, pero en lo que quiero centrarme hoy es en lo que implica el titular del artículo de marras y en qué hay detrás de jugar o descansar:
Joel Embiid le falta el respeto a los 76ers, al juego, a sus mitos y a sí mismo. Shaquille O'Neal y Charles Barkley tienen razón al criticarlo.
En esta cuestión hay que elegir de qué lado ponerse. En el de Embiid o en el de los periodistas y analistas que le demandan más. En el de lo poco logrado por los 76ers en playoffs estos últimos diez años o en el del aficionado que paga su abono de temporada para que le digan que no podrá verle en más del 15% de los partidos. En el de querer disfrutar de un súper clase participando hasta los 38 años a nivel All-Star o en el de Adam Silver exigiendo a las estrellas que salgan a jugar porque el negocio se resiente.
En resumidas cuentas, nosotros como puros aficionados al baloncesto y/o a ciertos equipos, ¿queremos que las estrellas tengan una carrera larga gracias a los descansos y a la prudencia máxima a la hora de recuperarse de lesiones o preferimos que den lo poco o mucho que tengan cada partido?
A priori si le haces esa pregunta a cualquier aficionado la respuesta es clara y te dirá que mejor que los jugadores jueguen todo lo que puedan y los descansos se vayan a paseo. Si eres aficionado al baloncesto lo que quieres es ver siempre a los mejores. No vas a estar pensando en ahorrar para cuando vengan malos tiempos, que aquí no hablamos de dinero. Dame a los mejores hoy, que mañana ya se verá si estamos aquí o no.
¿Pero qué pasa si pensamos más en el largo plazo? ¿Seguiríamos prefiriendo jugadores que se desgasten en siete, ocho o diez años o a estrellas que sean capaces de llegar a su decimoquinta temporada como All-Stars?
Ahí ya cambia la película.
La postura de Kerr
En enero de 2023 hubo un caso muy sonado y que fue uno de los catalizadores del cambio de norma para exigir que las estrellas jugasen en partidos televisados a nivel nacional. Los Warriors jugaban la segunda noche de un back-to-back en Cleveland y Kerr dio descanso a Stephen Curry, Klay Thompson, Draymond Green y Andrew Wiggins. Aún así consiguieron ganar a los Cavaliers, todavía no sé cómo. Sin embargo, esa decisión no dejó de ser una faena para los aficionados que pagaron su entrada. Ellos querían ver a las estrellas de los Warriors en el único partido que iban a jugar en Ohio a lo largo de todo un año y no hubo manera.
Pero es que al día siguiente, en otro partido de mucha importancia entre Cleveland y Milwaukee, también emitido para todo Estados Unidos, hubo bajas sonadas. Donovan Mitchell, Antetokounmpo y Middleton sin jugar. Se supone que estaban lesionados, vale, pero es que los tres jugaron al siguiente compromiso.
Por el lado de los Warriors Steve Kerr se excusó y justificó. Dijo que se sentía mal por los aficionados que esperaban ver jugar a alguien para posteriormente darse con un palmo de narices, pero que era un aspecto negativo del «negocio» y por eso era por lo que él iba a seguir defendiendo una temporada de 72 partidos (ejem) con el objetivo de que los jugadores estén más frescos y sanos. Para que los partidos fueran de más calidad y que no hubiera esos periodos de back-to-backs, de cinco duelos en siete u ocho noches y cosas así. Que una reducción de jornadas haría que los jugadores se perdiesen bastantes menos días de trabajo.
Kerr argumentaba que como ahora se tienen tantos datos y evidencia de que los partidos consecutivos para jugadores tocados son algo nocivo en cuanto a que aumenta mucho la probabilidad de lesión, pues que los equipos pensaban a largo plazo y que por eso se tomaban esas decisiones en toda la NBA.
Y J.B. Bickerstaff, por aquel entonces entrenador de los Cavaliers, dijo que lo de los descansos había que tomarlo como una especie de intercambio. Que hay jugadores que se pierden cinco partidos por temporada y eso hace que tengan cinco temporadas más de carrera (tal vez exageró el amigo Bickerstaff ahí, pero le compramos el mensaje). Que eso compensa en parte a los aficionados defraudados en ciertas ocasiones y que a pesar de lo fastidioso que es a corto plazo, es mucho mejor para el deporte que estos jugadores de élite estén más temporadas jugando.
La postura de la NBA
Lamentablemente para ellos la Liga dijo meses después que no, que no hay evidencia de que descansar sirva para mucho. Adam Silver pasó de decir que había datos médicos y científicos que respaldaban el hecho de que los jugadores debían descansar, a decir que los datos eran inconcluyentes y que no había nada que sostuviese que los jugadores sufren más posibilidades de lesión según avanza la temporada.
En plena negociación de los nuevos contratos televisivos, Silver mandó el mensaje de que la NBA es una liga de 82 partidos y si tú, jugador, estás apto para jugar, lo que esperamos es que salgas a la pista a hacerlo.
El descanso
Existen muchos casos de jugadores que han extendido sus carreras gracias al descanso. La tendencia del load management viene de los Spurs de Popovich y ahí tenemos dos claros ejemplos en Manu Ginóbili y Tim Duncan.
Duncan, casi 1.400 partidos, 19 temporadas, 15 veces All-Star. Solo tres veces jugó los 82 partidos, una 81 y dos 80, en su novena y décima temporada. A partir de ahí jugó menos. Siempre descansando cuatro, cinco, seis, siete, ocho partidos por campaña. Llegó a jugar 77 en su decimoctava temporada.
Ginóbili, 1.057 partidos más las tres temporadas en Italia. Nunca jugó los 82 partidos. Solo alcanzó los 80 en una ocasión y su promedio fue de 66 por curso. En casi todas las campañas sufrió algún percance físico de no mucha importancia, pero también descansó. 19 temporadas como profesional jugando hasta los 40 años.
No descansar
De lo contrario también hay muestras. Kobe Bryant llegó reventado a sus últimos años como profesional por no haber querido descansar nunca; jugó lesionado decenas y decenas de partidos. Creo que fue la temporada 2010-11 cuando no pudo ni entrenar de cómo tenía la rodilla, lo cual no le impidió jugar los 82 encuentros reglamentarios.
Scottie Pippen acabó arrastrándose por la pista debido a lesiones sufridas que no curó bien. Hakeem Olajuwon no tuvo buen final de carrera. Kevin Garnett estaba muy mermado físicamente en su vejez deportiva. Por hacer barbaridades a Isaiah Thomas le pasó lo que le pasó, quedándose sin un contrato que apuntaba a los 100 millones de dólares por su incapacidad para seguir rindiendo al máximo nivel.
Mirando más al presente, si lo hacemos con James Harden o el propio Embiid ya hemos visto demasiados playoffs decepcionantes por parte de ambos después de temporadas regulares siderales.
Los minutos… y las consecuencias
Pero es que no se trata solo de los partidos. Son los minutos disputados en cada partido también los que hay que sumar. Por ejemplo, Duncan promedió 31 minutos en 77 partidos con 33 años y Hakeem Olajuwon jugó 38,8 minutos en 72 partidos con 33 años. Son casi 8 minutos por partido más. Es el equivalente a 20 partidos de diferencia en una regular season.
Y comento esa temporada de 33 años concretamente, pero es que Duncan a partir de los 30 años disminuyó los minutos a 33, 31, 29, 30… mientras que Olajuwon promedió 41 minutos con 31 años o casi 36 con 36 años en la temporada del lockout que jugaban cuatro partidos en cinco noches, una locura1.