Juego bonito y lucha, todo en uno
Golden State prosigue en su escalada hacia el trono de mejor equipo de la historia.
¡Hola! El Extra de hoy viene en dos partes: la grandeza de los Warriors y la telenovela de los Lakers.
Historia en directo
Elio Martínez.
La primavera de 1995 nos dejó unos playoffs históricos. Michael Jordan había vuelto a la NBA, pero su escaso tiempo de preparación y la pléyade de estrellas que plagaban la liga por entonces hacía que pudiésemos considerar candidatos reales al título a no menos de seis equipos.
En una de las semifinales de conferencia del Oeste Phoenix parecía dejar la serie vista para sentencia tras ganar en Houston el cuarto partido y poner el 3-1. Pero los Rockets, que de luchar sabían un rato, ganaron los tres siguientes partidos pese a ir perdiendo al descanso en cada uno de ellos.
Aquel equipo fue el último capaz de hacer algo así, lo de ganar tres partidos consecutivos de una ronda de playoffs pese a ir perdiendo a mitad de la noche. Hasta hoy.
Golden State ha replicado el dato de Houston en los tres últimos encuentros de una serie que ha terminado 4-0 para ellos pese a que fueron perdiendo durante bastantes más minutos (101) que tiempo liderando el marcador (83). Una eliminatoria bastante más complicada que lo que anuncia el lacónico 4-0. Una eliminatoria sacada adelante gracias a dos monstruos de playoffs mientras Durant, Cousins e Iguodala estaban ausentes por baja médica.
Curry
Steve Kerr, visualizando el 4-0 y sus correspondientes nueve fabulosos días de descanso, se encomendó a Curry. Nunca antes había utilizado tanto el técnico a su base estrella en un partido de playoffs. Curry disputó la segunda parte y prórroga al completo y cerró el choque ante Portland con más puntos que ningún otro jugador en un 4-0 previo. A saber:
146, Stephen Curry, 2019 WCF vs Blazers.
145, Shaquille O'Neal, 2002 FIN vs Nets.
144, LeBron James, 2017 ECS vs Raptors.
140, Kobe Bryant, 2001 WCS vs Kings.
Curry ha completado la que probablemente sea la mejor serie de su carrera. En el último partido consiguió su segundo triple-doble en playoffs y ha promediado contra los Blazers 36,5 puntos, 8,3 rebotes y 7,3 asistencias en 39,5 minutos con un 54,2% en tiros de dos, un 42,5% en triples y un 94,5% en tiros libres.
Ojo, un 42,5% en triples intentando 15,2 triples por partido.
Por cierto, son ya 193 puntos en su haber a lo largo de los 208 minutos que ha estado en pista desde que Kevin Durant cayó lesionado.
Green
Y de Draymond Green hay que volver a hablar. Sus 18 puntos, 14 rebotes, 11 asistencias y triple decisivo en la prórroga le dejan con su octavo triple-doble en playoffs, cuatro de ellos en la presente edición de 2019. A lo largo de la serie ha acumulado un +41. Ha destruido a Portland a ambos lados de la cancha en todos y cada uno de los partidos.
La estadística de la que todos hablan, la primera vez en la historia que dos compañeros terminaban con un triple-doble en un mismo partido de playoffs, venía que ni pintada. Curry y Green han sido dos bestias en esta serie, tanto como para que las ausencias de Durant y Cousins vayan a quedar como una nota al pie de una página titulada 4-0.
Alcanzar las quintas Finales NBA consecutivas, algo que en la historia solo habían logrado los Celtics entre 1957 y 1966 —en una NBA en la que jugaban 9 equipos durante la mayor parte de aquella época—, causaron alegría en la expedición Warrior, pero no tanta como la que produjo haber ganado a Houston los dos últimos años.
Los Rockets han sido el gran obstáculo de Golden State en el Oeste. Ahora queda ver si Toronto o Milwaukee son capaces de impedir el cuarto anillo en cinco años, algo que solo han conseguido… sí, los Celtics de hace más de 50 años.
La pasión de Hood
2017, Utah Jazz pierde 4-0 ante Golden State. 2018, Cleveland Cavaliers pierde 4-0 ante Golden State. 2019, Portland Trail Blazers pierde 4-0 ante Golden State.
¿El 4-0 y Golden State es lo único que se repite? No, también la presencia de Rodney Hood, siempre en el lado perdedor.
Los Lakers, en llamas
Elio Martínez.
¿Si fueras LeBron James pedirías tu traspaso a los Clippers? Piénsalo. Todo son ventajas. Misma ciudad, misma casa, sin necesidad de cambiar a los niños de colegio, mismo pabellón, un equipo en crecimiento... y una gerencia que no está en llamas.
Fuera de bromas, lo de los Lakers ya está pasando de castaño oscuro. Es un drama. Es una telenovela. Es disfunción permanente.
Magic Johnson dio ayer la entrevista más sincera que recuerdo por parte de una persona que haya estado a cargo de una franquicia NBA, sin contar las típicas revelaciones de intrahistorias 10, 20 o 30 años después de lo debido. Magic estuvo a cargo de los Lakers hasta hace tan solo 40 días, pero también es cierto que pocos como él pueden permitirse el lujo de largar sin miedo a no encontrar trabajo en el futuro.
Magic Johnson es uno de los mejores jugadores de la historia de la NBA y millonario hasta decir basta, puede hacer lo que le de la gana.
En el programa de su amigo Stephen A. Smith, Magic se despachó a gusto mientras periodistas y aficionados no dábamos crédito a lo que estaba contando en directo. Magic estaba respondiendo a todo lo que le preguntaban. A todo.
Más o menos así fue la serie de preguntas y respuestas con Magic:
Conversación adaptada en tono ligero, pero veraz.
¿Por qué te fuiste de los Lakers? En lugar de contestarte con una simpleza te voy a comentar un par de temas: antes de entrar en los Lakers avisé que necesitaba seguir atendiendo mis otros negocios ya que me proporcionan más dinero que ser presidente de los Lakers. También dije que quería todo el poder de decisión. A ambas cosas me dijeron que sí. Al tiempo empecé a oír que se decía de mí que no trabajaba lo suficiente y que quien estaba diciendo esas cosas dentro y fuera de los Lakers era Rob —Rob Pelinka, el general manager—.
Antes de que sigas, ¿cuando hablaste de puñaladas al renunciar a tu puesto te referías a Pelinka o alguien más? Solo Rob, nadie más. Pero vamos, que esto me divierte porque a mí estas cosas nunca me han preocupado, lo de que hablen de mí. Pero ya no me divertía trabajando, sobre todo pensando que tenía que hacerlo con alguien que quería mi puesto. Lo mejor de todo es que en nuestro segundo año le dije a Rob que solo iba a estar tres años y que mi trabajo era asegurarme de que estuviese listo para que me sucediera.
También te digo que ya me avisaron de esto. Que tuviese cuidado con él. ¿Sabes la cantidad de agentes que me llamaron para decirme que le vigilase? Y yo dije que tenía que darle una oportunidad. Pero oye, es un gran trabajador e inteligente. Y ahora ya tiene el puesto, no pasa nada.
¿Y del resto de la familia Buss —los hermanos pequeños también propietarios con diferentes roles en la franquicia— qué nos puedes contar, Magic? Bueno, la verdad es que se creían que debían tener puestos de mayor responsabilidad. Pero lo que tienen que hacer es estar en sus puestos actuales y mostrar que tienen capacidad para aspirar a más cuando alcancen la excelencia. Sin más.
¿Y el momento definitivo para marcharte cuál fue? Pues me reuní con Jeannie, le dije que quería despedir a Luke Walton y expliqué los motivos para ello. Primero me dijo que vale y después que no. Se trajo a Tim Harris —presidente de operaciones— a una reunión y va y me dice Harris que tenía que dejar en el cargo a Walton. Les miré y dije: ‘Oye, que yo solo respondo ante Jeannie’. Ahí me di cuenta que me tenía que ir.
Vamos, que la cosa en Lakerland no está muy bien que digamos. Hombre, es que hay que dejar los roles más claros y mejor que no se estén dando puñaladas por la espalda. Pero también te digo una cosa: LeBron ganará un anillo en los Lakers y este verano lo que tienen que hacer cuando vayan a reunirse con agentes libres es estar presentes Jeannie, Rob, LeBron, Frank (Vogel, el entrenador) y nadie más.
Oye, de bonus, ¿lo de Anthony Davis cómo fue? Yo dije que teníamos que hacerlo todo en secreto. Pero el anterior general manager, ¿cómo se llamaba? Demps, filtró todo. Los chavales estuvieron afectados, pero luego se sobrepusieron que no veas.
La respuesta de Rob Pelinka
Magic Jonson sabía muy bien el día que iba a soltar sus bombas en televisión. Unas horas antes de que los Lakers presentasen en sociedad a su nuevo entrenador, Frank Vogel.
Por tanto Pelinka no tardó mucho en tener que responder a los medios y lo hizo lo mejor que pudo, salvando los muebles.
“Los dos años que he pasado junto a Earvin me han dado alguno de los mejores recuerdos que tengo en el deporte y en el trabajo. Es una persona increíble con la que trabajar. La verdad es que es triste y descorazonador oír esto y que crea cosas que no son verdad sobre si uno dijo esto y otro dijo lo otro. No son verdad. He hablado con él varias veces desde que dejó el cargo. Conversaciones divertidas. La última vez hace dos días. Reviviendo el Draft Combine y el cuarto puesto del Draft que hemos conseguido. Del gran futuro que le espera a esta franquicia. Así que oír esto me sorprende. Espero poder sentarme con él y hablar para arreglarlo todo, porque así es como hay que hacer con las relaciones. Simplemente no es cierto. Yo le apoyaba. Le apoyaba como compañero y socio. Siempre apoyé todo lo que hizo y lo seguiré haciendo".
Tendremos que dar gracias si esto se queda aquí, porque Pelinka podría haber llegado mucho más lejos. Tanto como para demandar a Magic Johnson por difamación ya que es evidente que su imagen ha quedado dañada.
Pelinka tiene ahora una papeleta interesante. Si ya tenía mala fama en círculos NBA —las declaraciones de Magic Johnson diciendo que multiples agentes de jugadores le llamaron para ponerle en guardia contra él así lo ponen de relieve—, ahora lo tiene más difícil al haber sido etiquetado como un traidor que habla a las espaldas de sus superiores. Pelinka se enfrenta al periodo decisivo de su carrera como general manager en las próximas semanas: si los Lakers consiguen el traspaso de Anthony Davis y/o el fichaje de algún agente libre de importancia podrá estar tranquilo. Si no, sus días estarán contados.
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