Hay que ser exigente con uno mismo. Debemos tratar de comportarnos como buenas personas, ser respetuosos, resultar agradables, tener empatía… Y más cosas. Como por ejemplo, hacer bien nuestro trabajo. Realizarlo concentrados en la tarea para obtener el mejor resultado posible.
Pero a veces los planes no salen como habíamos imaginado.
En ocasiones nos equivocamos y llegan los lamentos. Propios y de los demás. Puede que nosotros mismos seamos los que más nos fustiguemos por el error cometido. Ya sea por falta de foco, de interés, de tiempo, de planificación o de capacidad, los humanos cometemos fallos. La hemos pifiado en el pasado y la pifiaremos en el futuro.
Si hace poco te has visto en una así, hoy vengo con un mensaje de consuelo: errores cometemos todos. Hasta la perfecta NBA.
Ya sabes que la NBA tiene la imagen de summun, de la máxima categoría. ‘Esta es la NBA de las marcas de lavadoras’. ‘Esta es la NBA de las empresas de marketing’. O algo así.
Perto la NBA también yerra. Vaya que si lo hace.
Error 1
Supongo que habrás leído desde hace mucho tiempo que la NBA estaba negociando un nuevo contrato televisivo. (Hablé sobre ello hace un par de años en un artículo titulado ‘El disfraz de la NBA’, el cual te recomiendo leer ahora si no lo hiciste en su momento para entender mejor el contexto de esta competición).
Por abreviar te diré que las negociaciones con múltiples interesados para emitir partidos que ‘nadie ve’ porque ‘las audiencias no paran de bajar’ y no sé cuántitos, fueron bien con unos y mal con otros. La NBA, o al menos eso dijo Warner Bros. Discovery —la empresa matriz detrás de TNT a la cual llamaré WBD por resumir en las siguientes líneas—, no permitió que TNT igualase la oferta que otros operadores hicieron.
Así que cuando la liga anunció el fabuloso acuerdo de 77 mil millones de dólares por once años con ESPN, NBC y Amazon, WBD amenazó con defender sus intereses en los juzgados. Amenaza que se convirtió en demanda dos días más tarde.